¡Híjole! Pues si que veo mucho cambio
sobre todo en la manera de expresarme, esto me da mucha risa, porque antes
había hecho intentos de escribir blogs y este taller me forzó de manera amable
a sentarme frente a la computadora y exprimirme las ideas y pensamientos. Sobretodo
a auto situar mis ideas. Creo eso primeramente es lo que detecto.
Segundo orientarme de tantas cosas
existentes ahí en el mundo virtual que ignoraba, e igual llegaba a parecerme
confuso sobretodo en el uso de las herramientas llegando a preguntarme ¿Cómo para qué diablos me sirve esto?,
confieso llegaba a suscribirme a tantas herramientas que ya después me
arrepentía por la cantidad exorbitante de basura llegada a mi correo
electrónico. Muchas herramientas llegan a seducir para después comprarlas y tiempo
después dejaba de usarlas porque antes no tenían más propósito de lo novedosas
que podrían ser.
Entonces este taller me sirvió para ello,
para conocer las herramientas existentes, delimitar sus funciones y saber para
qué actividad pudieran ayudarme ya con un propósito en concreto.
Comprendí más acerca de la forma en que asimilo
muchas situaciones durante el tiempo. Que es algo personal y diferente, para
cada quién y a su vez otros aportan a este aprendizaje. Hubo un momento de duda
a cerca del taller, sin embargo gracias a una ex compañera de trabajo allá en
mi tierra de nacimiento, Claudia Guerrero comentó
en mi blog—“los ambientes personales de aprendizaje
son todos diferentes y se crean a partir de nuestras personalidades e
intereses” —
sus palabras
me ayudaron a no desanimarme y seguir adelante.
Aprendí a reconocer mi red, quiénes la
conforman, como mantengo esas relaciones y con qué las conservo. También encontré
áreas de exploración sobre todo en la docencia y a nivel profesional, de las
carencias existentes, de lo mucho que hay por hacer en mi tejido de araña
actual al ideal. Los problemas no existen, solo la diferencia entre lo que se
tiene hoy al ideal por perseguir.
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